viernes, 16 de abril de 2010

Como una tonta

Complainte

J'connaitrai jamais le bonheur sur terre
je suis bien trop con

Tout me fait souffrir et tout est misère
pour moi pauvre con

Tout ce qui commenc' va trop mal finir
toujours pour les cons

Tout plaisir s'efface - après c'est bien pire
du moins pour les cons

L'angoisse m'étreint m'étrangle et j'empire
de plus en plus con

Je ne sais que faire ou pleurer ou rire
comme font les cons

Quelquefois c'est bleu puis c'est noir de suie
la couleur des cons

On voudrait chanter mais voilà la pluie
qui arroz' les cons

On veut espérer mais surgit l'ennui
qui teinte les cons

On voudrait danser - le sol est de boue
pataugent les cons

Nous sommes idiots bouffant la gadoue
nous sommes des cons

L'amour se balade en un autogyre
au-dessus des cons

Qui lèvent le nez 'vec un doux sourire
sourire de cons

Attendant encor la belle aventure
illusion de cons

Car ils sont réduits à leur seul'nature
nature de cons

Les roses le fleurs et les clairs de lune
c'est pas pour les cons

Les cons ils y croient mais c'est pour des prunes
aliment de cons

Raymond Queneau

Rincón I, de La Granell
(Algunos derechos reservados, bajo licencia Creative Commons 2.0)


[Lamentación

Nunca conoceré la felicidad sobre la tierra
soy demasiado gilipollas
Todo me hace sufrir y todo es mísero
para mí pobre gilipollas
Todo cuanto comienza acaba mal
siempre para los gilipollas
Todo placer desaparece y aún es peor después
al menos para los gilipollas
La angustia me oprime me ahoga y empeoro
cada vez más gilipollas
No sé qué hacer, si reír o llorar
como hacen los gilipollas
Unas veces es azul y otras negro hollín
el color de los gilipollas
Desean cantar pero entonces la lluvia
cala a los gilipollas
Desean esperar pero entonces el aburrimiento
se abate sobre los gilipollas
Desean bailar pero el suelo es de barro
y en él patinan los gilipollas
Somos idiotas hinchados de estiércol
pues somos gilipollas
El amor se pasea en autogiro
por encima de los gilipollas
Que alzan la nariz con mansa sonrisa
sonrisa de gilipollas
Esperando todavía la gran aventura
ilusión de gilipollas
Pues son reducidos a su ser verdadero
ser de gilipollas
Las rosas las flores y los claros de luna
no son para gilipollas
Los gilipollas se lo creen todo pero de qué vale
forraje para gilipollas

Traducción de Adolfo García Ortega, en Raymond Queneau: El instante fatal. Visor, Madrid, 2009 (L'Instant fatal, 1948)]

jueves, 1 de abril de 2010

¡Maldito Abril! (una "reverdie")

"Ay Abril, tu dulce retorno me causa un dolor mayor del que soy capaz de expresar..."
Hélas Avril, de Matteo da Perugia. Interpretado por el Huelgas Ensemble, dirigido por Paul Van Nevel.

Hélas Avril cuando llega como una promesa que no se cumple, no se va cumpliendo -ya lo sabían: pero es duro comprobar que Abril avanza con su cadencia de pasos marcados, su de-cadencia caprichosa de días brillantes, primaverantes, exultantes de claridad -azul en la retina, hierba y flores en la nariz; mentiroso, otros días son fríos a traición, grises del mar y de la orilla del tiempo, con la melancolía salvaje de la rompiente. Sin embargo, hace mucho que no ven el mar, parece mentira: la orilla de la playa es un recuerdo de otras edades, cuando el tiempo y la vida son promisorias a su manera, como si no pasase nada así pasan -no pasa nada, no pasa nada: todo llegará. Luego descubrieron que maldito Abril, maldito Abril, fue Eliot, lo juro, fue Eliot quizás el que primero los puso sobre aviso; pero detrás estuvieron siglos de cultura occidental, siglos de cultivo del romanticismo y del alma individual: amorosamente cortésmente maldijeron Abril antes hermosas canciones que se mecen como las olas cuando son pacíficas. Y cuántas innumerables veces desde entonces, cada vez que un corazón se ha partido siguiendo los dictados de nuestra concepción del amor, cuántas veces se habrá maldecido Abril, sólo porque es cruel desde que lo dijo Eliot, sólo por ser cruel, qué idea más absurda, pero qué poderosa, sólo por ser cruel. Y ella leyó a Eliot con aplicación y amor, y se lo creyó: April is the cruellest month, es lo que suele pasar. Y él también conoce de Abril y su crueldad, pero no se lo creyó tanto. Es por eso que, a la hora de maldecir algo, ella maldice Abril, y él si acaso la mala suerte, la desidia de algún otro, o a uno mismo, por poner sus miras en lo que sabe que no se puede alcanzar. Y ella escuchó además maldecir a Abril con un lamento cantado, el lamento del desamor complacido en sí mismo. Es el amor tan egoísta que incluso se complace en su mala fortuna: pero no, son los amantes los que son tan egoístas, capaces de adorar su mala fortuna, porque quemarse en las brasas del propio fuego, eso queda tan bonito cuando uno se mira en el espejo. Oh, estilismos de la conciencia.

Y este Abril pasa como todos los demás meses, más rápido de lo que uno cuenta. Y el ritmo de los días se acompasa a la lógica de las estaciones. No pasará nada demasiado malo. Una vez que, sólo una vez que… los sentimientos dormidos durante el invierno sean despertados de nuevo –ese momento traumático- reconocerse en amor, mixing memory and desire, dolerse por el desamor, dolerse, dolerse… cadenciosamente, como en la música.


¡Maldito Abril! ¡Maldito Abril!