Aunque sé que sólo es una proyección de mi sistema de reconocimiento, y hablando de cómo se ven las cosas, pues esa imagen me ha llamado a ver con el corazón, con ese niño interior que se esconde tras la mirada y las palabras. Sé que lo que puedo mostrar es sólo una carcel de reconocimientos... Aunque como ocurre con las metáforas del subconsciente, haya también ventanas a algo más... a algo más... a lo que siempre hemos sido, amiga :-)
Bueno, en realidad he puesto esta imagen como contrapunto a la frase que he escrito y con la que (quizás) termina esa pequeña historia que os he contado a través de las tres entradas referidas. La imagen le da una patada a los victimismos propios, apuesta por la creatividad, el juego, y hacer con las ruinas lo que nos dé la gana. Que no nos coman las ruinas, ea.
Un besote, y mil gracias por comentar y aportar tu visión personal. Por lo demás, textos e imágenes una vez aquí están para ser interpretados y reinterpretados con toda la libertad.
Había leído hacía unos días las entradas anteriores. Pero creo lo único valioso que tengo para aportarte es lo que aflora de más allá, de más adentro, sin tratar de encajarlo en tu "narrativa". Creatividad es la propiedad constitutiva de nuestra psique. El juego es la forma en que ello se despliega. Pero el juego se pervierte en trabajo, el ser se fragmenta en yo y no-yo. Entonces la creatividad se interrumpe, el/la niñ@ interior se maltrata y surgen las ruinas.
Pero si tomamos conciencia de que la infinitud del alma es también infinitud por ser creación de límites y no sólo simple ausencia o disolución de ellos, entonces nos damos cuenta de que vernos como víctimas o identificar algo como ruina, es ya, en sí mismo, una forma de creación alienada. Bueno, al menos alienada para la mayoría, aunque la alienación también es una expresión natural de ese infinito creativo.
Y si, todo esto parece un rollo hegeliano... o no... Hay cosas que o se experimentan, o nunca se comprenderán, como la infinitud, la creatividad o el amor verdadero.
"En cuanto al motivo que me impulsó fue bien simple. Espero que, a los ojos de algunos, pueda bastar por sí mismo. Se trata de la curiosidad, esa única especie de curiosidad, por lo demás, que vale la pena de practicar con cierta obstinación: no la que busca asimilar lo que conviene conocer, sino la que permite alejarse de uno mismo. ¿Qué valdría el encarnizamiento del saber si sólo hubiera de asegurar la adquisición de conocimientos y no, en cierto modo y hasta donde se puede, el extravío del que conoce? Hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si se puede pensar distinto de como se piensa y percibir distinto de como se ve es indispensable para seguir contemplando o reflexionando".
Michel Foucault, en algún lugar de su Historia de la sexualidad.
Salvo cuando se indica lo contrario, los contenidos de este blog son creación de Ana Rodríguez Lago (Ana en el país sin huellas). Puedes difundir mis textos libremente siempre que no tengas un interés comercial en ello, reconozcas mi autoría y no los alteres para crear una obra derivada.
3 comentarios:
Aunque sé que sólo es una proyección de mi sistema de reconocimiento, y hablando de cómo se ven las cosas, pues esa imagen me ha llamado a ver con el corazón, con ese niño interior que se esconde tras la mirada y las palabras. Sé que lo que puedo mostrar es sólo una carcel de reconocimientos... Aunque como ocurre con las metáforas del subconsciente, haya también ventanas a algo más... a algo más... a lo que siempre hemos sido, amiga :-)
Bueno, en realidad he puesto esta imagen como contrapunto a la frase que he escrito y con la que (quizás) termina esa pequeña historia que os he contado a través de las tres entradas referidas. La imagen le da una patada a los victimismos propios, apuesta por la creatividad, el juego, y hacer con las ruinas lo que nos dé la gana. Que no nos coman las ruinas, ea.
Un besote, y mil gracias por comentar y aportar tu visión personal. Por lo demás, textos e imágenes una vez aquí están para ser interpretados y reinterpretados con toda la libertad.
Había leído hacía unos días las entradas anteriores. Pero creo lo único valioso que tengo para aportarte es lo que aflora de más allá, de más adentro, sin tratar de encajarlo en tu "narrativa". Creatividad es la propiedad constitutiva de nuestra psique. El juego es la forma en que ello se despliega. Pero el juego se pervierte en trabajo, el ser se fragmenta en yo y no-yo. Entonces la creatividad se interrumpe, el/la niñ@ interior se maltrata y surgen las ruinas.
Pero si tomamos conciencia de que la infinitud del alma es también infinitud por ser creación de límites y no sólo simple ausencia o disolución de ellos, entonces nos damos cuenta de que vernos como víctimas o identificar algo como ruina, es ya, en sí mismo, una forma de creación alienada. Bueno, al menos alienada para la mayoría, aunque la alienación también es una expresión natural de ese infinito creativo.
Y si, todo esto parece un rollo hegeliano... o no... Hay cosas que o se experimentan, o nunca se comprenderán, como la infinitud, la creatividad o el amor verdadero.
Un gran abrazo y buena semana :D
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